En la medida que nacen nuevas empresas en nuestro territorio nacional para aumentar la producción de bienes y servicios, se está dando una mejor calidad de vida a los venezolanos. Las grandes, medianas y pequeñas empresas siempre aran movimiento de trabajadores como intermediarios entre el patrono y el trabajador para qué exista equilibrio entre ambos, este movimiento se llama sindicatos.
Los dirigentes sindicales adquieren conocimientos, valores, destrezas, discursos, ideologías que, por una parte, los diferencian de los trabajadores y por otra parte los asimilan a los otros dos factores de las relaciones laborales: los patronos sus representantes y los funcionarios gubernamentales.
Cuando hablamos de movimiento sindical no estamos hablando, de la clase trabajadora sino de organizaciones que pretenden con diversos grados entre ambos extremos representar a esa clase social.
Desde antes de la campaña electoral de nuestro actual presidente enfiló sus baterías contra las cúpulas podridas del sindicalismo. Para ello debemos comprender que el sindicato no es parte del Estado, que hay que respetar los espacios de la sociedad civil. Y lo primero que el Estado debe garantizar, desde ese punto de vista, es la autonomía sindical, la democracia sindical será obra de los propios trabajadores. Es evidente que no toda lucha de los trabajadores se ha de expresar necesariamente a través de los Sindicatos.
Pueden transformarse en instrumentos que utiliza el sistema para bloquear la lucha obrera, no puede ignorarse la importancia que reviste la organización sindical. Para ello es imperioso elevar el nivel de conciencia obrera a través de las luchas reivindicativas, en la medida en que éstas ponen de manifiesto que no bastan para lograr un auténtico avance hacia una proyección cultural, social, económica, política, pero se encuentra un problema, el aumento del desempleo, la crisis económica, esto lleva a la pérdida de afiliados y el incremento de los excluidos, dejados de lado a su vez de la acción sindical reivindicativa. El mundo de la informalidad no ha encontrado en el movimiento sindical un compromiso firme, efectivo y aglutinante. Es por ello que no dejan de ocurrir manifestaciones y actitudes hostiles hacia el movimiento sindical de parte de los desempleados y de los informales no organizados.
Al igual cuando hay la expulsión de trabajadores de empresas grandes hacia empresas pequeñas igualmente se convierte en un mecanismo debilitante debido a la escasa acción sindical en estas últimas, es por eso que existe el fomento de la individualización proviene de un enfoque anti-sindical que contrapone el contrato individual al colectivo, esto determina que el obrero se convierte en sujeto de la aplicación de técnicas y prácticas de la gerencia de recursos humanos, que originalmente estaban referidas a los empleados, responsabilidades asociadas a la confianza, mayores oportunidades para el desarrollo y la formación, son espacios que la acción sindical ha dejado abierto y que el empleador utiliza discrecionalmente para fortalecer la individualización.
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